La mediación en seguros, como no puede ser de otra forma, es un negocio desarrollado por profesionales que aportan un tremendo valor añadido a la sociedad en su conjunto y a sus clientes en particular, con un gran cariz social y una trascendencia enorme en su gestión.
Esta vertiente social y el afán de servicio, presentes en todos los Mediadores, no nos pueden hacer perder de vista, que se trata de un negocio, que tiene la exigencia de ser rentable, generar beneficios y crecer, como cualquier empresa.
Es curioso que en una figura como es el corredor de seguros, habituado a asesorar a sus clientes en temas delicados de su economía, soporte a menudo de sus gestiones financieras, en muchas ocasiones con experiencia en grandes compañías de seguros o sectores afines, donde han tenido que presentar docenas de “planes de negocio”, incluso han confeccionado planes de trabajo para sus colaboradores y auxiliares, es curioso decía, que no es extraño encontrar que el mediador no tiene elaborado su propio plan de negocio, o al menos no lo tiene hecho con el rigor y el seguimiento que sería menester.
Si hay un perfil de empresa que necesita disponer de un Plan de Negocio detallado, a cinco años, con su plan anual, sus revisiones trimestrales, y su análisis mensual, ese desde luego es el de una empresa de mediación en seguros.
No podemos perder de vista que el seguro está presente en todos los órdenes de la economía y en nuestra sociedad; es absolutamente transversal y soporte clave para la viabilidad de particulares, familias, autónomos, empresas, organizaciones de cualquier tipo e instituciones. Esto que puede parecer una ventaja, ya que el mercado de trabajo es en la práctica infinito, puede fácilmente volverse en contra y transformarse en un tremendo problema, si no he definido en un Plan de Negocio, qué parte de todo ese “pastel” voy a trabajar.
Si revisamos el abanico de productos disponibles, la carpeta de ramos de posible contratación, es tan extraordinariamente amplia, que en la práctica, es inabarcable, no tenemos la capacidad para ser expertos en todos ellos, por eso debemos conocerlos todos lo mejor posible, pero especializarnos en alguno de ellos, en virtud de nuestras circunstancias.
Yo aconsejo no renunciar a ninguna parte del negocio, por supuesto, y para ello la mejor fórmula es contar con un partner que nos aporte el backstage, el respaldo, la estructura de personal y herramientas que me puedan faltar a mi. Hay opciones en el mercado que me permiten hacerlo sin renunciar a mi negocio ni a mi imagen ni personalidad y sin riesgos, incluso con acuerdos temporales y reversibles, que sin duda aportan mucha tranquilidad.
Con un panel de productos tan extenso, no cabe pensar que afrontemos el trabajo sin un Plan de Negocio detallado.
En definitiva, es absolutamente imprescindible dedicar tiempo y solicitar ayuda si es caso, para elaborar un Plan de Negocio realmente útil, no para presentarlo a una entidad bancaria o para dejarlo bonito; es una herramienta básica de gestión y la que nos sirve de guía para saber si estamos yendo en la dirección que queremos o no.
No es posible tener un negocio serio y sólido en el ámbito de la mediación si no contamos con un Plan de Negocio riguroso y trabajado.
Si no sabes por dónde empezar con tu plan de trabajo, no dudes en pedirme ayuda, házmelo saber a través de un comentario.
Esteban Cembellín
CEO Recoletos Consultores
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